El clima del otoño se caracteriza, en términos generales, por la sequedad. Y una de las partes del cuerpo a la que debemos prestar especial atención durante esta estación es la piel: el órgano más extenso del cuerpo que mantiene el contacto entre nuestro interior y el entorno. Dada esta función, las desarmonías de la piel son frecuentemente excelentes alarmas o llamados de atención sobre desarmonías internas.
Una excelente manera de mantener la piel hidratada durante el otoño, y todo el año, es a través de una buena alimentación, hidratación natural y la aplicación de automasajes en los microcuerpos: principalmente en las manos y en los pies, también en las orejas. Un automasaje básico consiste en frotar energéticamente las muñecas o tobillos hasta que la zona esté rosada. Luego se puede pasar a movilizar las articulaciones brindándoles flexibilidad, amasar las zonas de durezas o cayosidades y masajear en sentido antihorario todos lso puntos de molestia o dolor, tanto en las palmas como en las plantas de los pies. Puede acompañarse el masaje con alguna crema o aceite hidratante aunque no es estrictamente necesario. El masaje en sí actúa favoreciendo la vitalidad de la piel del microcuerpo, y por reflejo, de todo el cuerpo.
Estas técnicas se trabajan con profundidad en la maestría de Reflejología. Si desea, puede acercarse a vivenciar estas clases los martes a las 19 hs., jueves a las 20 hs. o sábados a las 16 hs.